¿Cómo parar?

Como en un círculo vicioso se repite una y otra vez esta sensación de vacío que me hace marearme hasta el punto de no poder abrir más los ojos. Todo a mi alrededor se desmorona y aquello que alguna vez fue seguro y eterno deja de serlo. Y si aquel lugar por el que camino se agrieta y me deja caer al vacío ¿cómo parar? Siendo sincera el suelo hace tiempo que desapareció y ya no recuerdo el tiempo que hace que me precipito al vació pues solo un pensamiento ocupa mi cabeza, ¿cómo parar?

Tal vez ese sea el gran problema, pensar cómo, y no plantearme por qué. Pues es más fácil dejarse llevar que plantarse en seco y dejar de llorar. Las lágrimas aunque ayudan a envejecer son compañeras de todas las etapas de nuestra vida y tal vez por eso nos son tan familiares y estar en su compañía no resulta tan desagradable como puede pensar un tercer observador.

¿Cómo? - a menudo grito en silencio sin comprender que las palabras mudas se las lleva el viento. Afónica y sentada en un rincón trato de continuar preguntándome ¿cómo? y la sigilosa desdicha se apodera más de cada centímetro de la habitación, gana terreno mientras me despisto con el cebo de la solución, mientras olvido que lo más importante no está en el cómo si no en la fuerza de mi mente. Y ahora con energía renovada y abriendo los ojos por primera vez en mucho tiempo decido secarme las lágrimas y no mirar atrás, el futuro es mi promesa.

pd: dedicado para todos los que no encuentran el camino aunque esté delante de sus narices porque a la hora de la verdad todos somos ciegos de nuestras propias vidas.